Tanto si se trata de plantar cara a la idea consensuada de cómodebemos comportarnos y practicar el arte -si nadie fuera pretencioso,si nadie aspirara a más, nunca podríamos evolucionar-, como siaplicamos la idea a nuestras expectativas de autosuperación odiferenciación de los demás, lo pretencioso ha demostrado ser unaforma de expresión útil y necesaria. La tesis de Fox defiende queacusar a los demás de elitismo es el último refugio de los mediocres,que la igualación del talento va en contra del progreso, y que debería haber en nuestra cultura una defensa abierta de quienes, simplementesiendo diferentes y creyéndose especiales, hacen de nuestra sociedadun lugar mejor.