¿Tenemos más control sobre nuestro destino genético del que podríamospensar o, según la teoría de Darwin, los genes se heredan y no sepueden transformar? El talento, la depresión, el cáncer o lahomosexualidad ¿se transmiten necesariamente de padres a hijos? TimSpector demuestra en este libro ameno y fascinante que, si bienalgunos genes determinan nuestro aspecto y nuestra anatomía, existenotros muchos que garantizan nuestra flexibilidad y aleatoriedad y quepor tanto podemos modificar.