Hace falta valor, personal y cívico, para hacer declaraciones que seavienen mal con la nueva corrección política. Más todavía cuando esadeclaración se produce en defensa de una institución que está viviendo uno de los momentos más desafortunados ?una sucesión de annushorribilis? de este siglo, fruto de errores, propios y ajenos, que lacuestionan más allá de las críticas habituales. Por lo visto en estaspáginas, a Sergio Vila-Sanjuán valor no le falta. El prestigioso periodista catalán repasa cuatro generaciones demonarcas españoles ?de Alfonso XIII a Felipe VI? a partir de larelación de su familia ?su abuelo y su padre, monárquicos convencidos? con ellos. Mezclando la panorámica amplia con la más íntima, recorrela historia del país a lo largo del siglo XX y lo que llevamos delXXI, y argumenta justificadamente su filiación monárquica «por razones objetivas, subjetivas y también familiares». Aparte del jugosoanecdotario y la galería de singulares personajes históricos, el autor pone especial interés en subrayar la implicación de la monarquía conel mundo cultural. No se trata tanto de defender un mal menor, sino de razonar lanecesidad de una institución que sirvió de garante último de launidad, la paz civil y el progreso en un país como el nuestro, tandado a los odios cainitas, sobre todo en estos tiempos deincertidumbre. Un libro valiente que anima al debate.