Acompañada de once mil vírgenes -virgen más, virgen menos- Úrsuladecide peregrinar a Roma en el 300 d. C. en busca de la aprobaciónpapal a su modus vivendi: casta y pura hasta la sepultura. Pero lavuelta a casa se complica y el pelotón de doncellas se topa con lostemibles hunos, que en lo que se refiere al comportamiento hacia lasmujeres no son precisamente un dechado de virtudes...
Ralf König añade a las numerosas versiones de la leyenda sobre lapatrona de Colonia su desternillante punto de vista, sazonado depaganos desorientados, monjes sadomasoquistas y bárbaros bienproporcionados, y donde las hormonas de las vírgenes, reprimidas porsus votos de castidad, campan a sus anchas.