à Los que estudiamos los antiguos bachilleratos teníamos muy pronto la experiencia del nombre de Horacio y de la belleza real de sus versos. Yo me enamoré de la oda a Leucónoe , donde está ese verso de cierre:Aprovéchate del hoy, que del mañana nadie sabeà ¿Qué joven no sesentiría atraído por esa llamarada del amor al placer del instante?¿Qué amante de los libros no se sentiría igualmente llamado a eseplacer de la escritura, con la miel horaciana en los compartidoslabios? No, Horacio no es un libro de texto. Y cualquier amante de lapoesía (y de la vida) dará amplia fe de elloàPresentación de Luis Antonio de Villena