No conozco, entre mis contemporáneos, un ensayista más estimulanteque él. Mario Vargas LlosaA contrapelo de la mayoría de los artistas que repasan su vida, HansMagnus Enzensberger prefiere hablar de sus fracasos antes que de sustriunfos. Estos, dice, no brindan ninguna enseñanza, en cambio, lostropiezos alimentan la capacidad de discernimiento y ayudan a advertir las trampas, zonas minadas y dispositivos de aniquilamiento con losque se debe lidiar en las distintas áreas de la creación. Y por sifuera poco, "despliegan efectos terapéuticos: si bien no curan, pueden mitigar enfermedades de autor como los delirios de grandeza".Con este divertido e inefable libro negro de sus fracasos,Enzensberger le vuelve a dar la razón a quienes lo consideran elintelectual más apasionante de su generación.