Un diccionario de cine que se precie -y Trueba es consciente de ello-además debe desgranar juicios y anécdotas, dar entrada a términos yconceptos clave (director, tesis, fracaso, Hollywood, guión, caza debrujas, fotogenia, fama, genio...) y todo ello desde una miradalúcida, a veces entusiasta, otras furiosa, pero siempre inteligente.El resultado es una obra que se integra con naturalidad en latrayectoria de Fernando Trueba, que demuestra una vez más que cuandoacompaña el talento todo es posible: «Convencidos de que el cine esdemasiado serio para dejarlo en mano de los serios, hemos decididoacometer la tarea de enmendarles, aunque sólo sea parcialmente, laplana».Un diccionario de cine que se precie -y Trueba es consciente de ello-además debe desgranar juicios y anécdotas, dar entrada a términos yconceptos clave (director, tesis, fracaso, Hollywood, guión, caza debrujas, fotogenia, fama, genio...) y todo ello desde una miradalúcida, a veces entusiasta, otras furiosa, pero siempre inteligente.El resultado es una obra que se integra con naturalidad en latrayectoria de Fernando Trueba, que demuestra una vez más que cuandoacompaña el talento todo es posible: «Convencidos de que el cine esdemasiado serio para dejarlo en mano de los serios, hemos decididoacometer la tarea de enmendarles, aunque sólo sea parcialmente, laplana».