Un segundo antes del impacto, el Matador se movió. Lanzó un tajo conel hacha, un golpe rápido e irresistible que impacto en las patas delcorcel del Caos. La bestia se derrumbó mientras la sangre manaba aborbotones de sus extremidades hendidas. El jinete dio un salto mortal desde la silla y resbaló por la tierra apisonada hasta ir a parar alos pies de Félix con el estruendo de un terremoto que sacudiera latienda de un quincallero. Las nubes de tormenta cubren el cielo entorno a la gélida ciudad de Praga cuando las inmundas hordas del Caosponen cerco a las tierras septentrionales de Kislev.