Cuando entraron en la tienda de animales, Carlota soltó la mano de laabuela y echó a correr como una gacela. Pasó de largo la jaula de losperros y la de los gatos, la de los conejos y la de los canarios.Hasta que llegó a la jaula del? lobo. El lobo tenía cara de pocosamigos, pero a la abuela le dio pena, porque parecía un condenado atrabajos forzados.