Lector de Homero, Caramella no olvida que æcual la generación de lashojas es la de los hombresÆ, éstos pasan y sus rasgos individuales sepierden y confunden en el todo universal, pero una generación sucede a otra, como las hojas sobre las ramas de los árboles. Por eso, todaviolencia al fin se absorbe, toda presencia constante se revelatutelar, y cada pequeño acontecimiento resulta eco del diálogo cósmico entre la transitoriedad y la permanencia y entre todos los elementosde la naturaleza es el mar el que adquiere la dimensión simbólica másintensa y el que se convierte al fin en el interlocutor privilegiadodel poeta: el sujeto es el mar, sujeto gramatical y poético, objeto de observación, tema de reflexión y término metafórico.