El ejercicio de la abogacía requiere no sólo conocimientos de doctrina y técnica jurídicas sino también un conjunto de habilidades comunes a otros profesionales, dirigidas a darse a conocer, captar clientes yconseguir reputación. A estas necesidades generales que surgen en eltrabajo diario se añaden los cambios específicos que se vienenproduciendo en el desempeño profesional de la abogacía: aumento de lacompetencia, desarrollo de los grandes bufetes, Internet, cambio en el perfil de cliente y en sus relaciones con el letrado, que hacen sicabe más necesario insistir en la importancia de las habilidadesdescritas.