CUANDO dio por terminada la perífrasis de Macbeth, León Felipe(Tábara, Zamora, 1884 - Ciudad de México, 1968) escribió que habíaterminado el esfuerzo que más estimaba entre toda su obra poética. Elasesino del sueño no es una traducción más de la tragedia deShakeapeare, es un texto que ni es totalmente Macbeth, ni tampoco deja de serlo, León Felipe no se aleja de los fundamentos del autoringlés, porque para él las obras clásicas son un punto de arranque deun viaje interrumpible. Posiblemente sea el drama más terrible deShakeapeare, donde el miedo está presente en cada escena, y es muchomás que un estudio sobre la ambición o el asesinato, más que unaexposición de la anatomía del terror, es también un violento yterrible cuadro de la ambición humana.
León Felipe con sus paráfrasis lo que pretende son versiones en lasque los textos resultantes se aproximen más en espíritu al original,pero no pretende su traducción. El asesino del sueño que nos ofreceLeón Felipe es una obra que no pierde ni la belleza ni el desasosiego, ni la sorpresa ni la seducción del original. Es una de las cumbrespoéticas de León Felipe.