Primavera de 1951. Consuelo, a la que todos llaman la Señora, vive enun permanente estado de hastío: la agotan sus dos hijos pequeños, sumadre y criada, la asquea su matrimonio concertado y la asfixia supueblo. Todo cambia el día en que su marido es invitado a participaren el Primer Congreso Nacional de Moralidad en Playas y Piscinas,donde un grupo de elegidos intentará poner coto a las relajadascostumbres de los turistas. Este viaje de toda la familia a una ciudad mediterránea &mdash,el sol, la luz, el mar&mdash, los abruma ydesarma, mostrándoles un nuevo paisaje de libertad, no siempreagradable. Los pecados de verano es una historia «decente» sobre larebelión íntima, sobre los arrebatos y el deseo, pero es también undivertido paseo por esa España mojigata y aún dolorida que empezaba aabrirse al turismo, a las suecas y también, a pesar del alboroto, alos bikinis.