La noche del 2 al 3 de enero de 1864 la goleta Grafton naufragó en las costas de la isla Auckland, situada trescientas millas náuticas alsur de Nueva Zelanda. Los cinco integrantes de la tripulaciónconsiguieron llegar a tierra, pero enseguida se vieron abocados asobrevivir en un lugar deshabitado y hostil. Durante los veinte mesesen que se vieron obligados a convivir en aquel páramo, FrançoisÉdouard Raynal, uno de los cinco náufragos, se fue revelando como elarquitecto, herrero, sastre, consejero y legislador del infortunadogrupo de náufragos. Gracias a su sensatez y al buen carácter de suscompañeros, este naufragio se convirtió en un insólito ejemplo deconvivencia humana en condiciones límite.