La figura del "espadón", el militar que interviene en la política, nofue un fenómeno únicamente español como tantas veces se ha pensado.Tras la experiencia napoleónica, desde las primeras décadas del sigloXIX, tanto en Europa como en América se fue forjando la imagen míticadel general heroico, siempre a lomos de un caballo, fuerte, ejemplar,abnegado, guardián del honor y la gloria de la nación, defensor de lalibertad, pero también de la autoridad y el orden. Cualidades queconvirtieron a determinados generales en líderes carismáticos,mesiánicos, tanto en la guerra como en la paz. Condición que los animó a no quedar al margen de la vida política y a intervenir en la mismaen momentos delicados: unas veces, llamados por civiles deslumbradospor el carisma de estos "centauros" o "espadones" que veían en ellosal líder capaz de sacar al país de sus problemas y acabar con lasamenazas internas o externas, otras, por iniciativa propia, ya fuerapor vías democráticas o no tan democráticas.Los generales políticos en Europa y América estudia este fenómeno delos "centauros carismáticos", principalmente a través de una serie demilitares que forjaron la Historia del siglo XIX de ambos lados delAtlántico: desde Garibaldi, Bernadotte y Saldanha, a Grant, Bolívar,Iturbide y Estanislao López, pasando por los españoles Riego,Espartero y Prim. Todos forjados a la sombra de Napoleón, todos comoprecedentes de otros militares que marcaron el paso de la Historia del siglo XX y quién sabe si del XXI.