Este libro viene a ser un ensayo de «Comisión de la Verdad» en todaEspaña, una conjunción de hechos recuperados y el necesario estudioteórico: por un lado, una nueva radiografía testimonial de losdesaparecidos de Franco, y por otro, el estudio de los crímenes decarácter internacional del franquismo, más la necesaria reflexiónsobre memoria, el plan de exterminio, la aparición de las fosas, lascomisiones de la verdad y otras cuestiones.
Hemos dejado que las víctimas hablen a las puertas de la historia,como en este caso sucedido en San Sebastián de los Ballesteros(Córdoba), donde se aprecia la magnitud de la desgracia de losfamiliares de los desaparecidos: «... A mi padre lo mataron el 22 deseptiembre de 1936. Era concejal. El 19 de julio lo encarcelaron,junto con el alcalde, el secretario y algunos más. Le pegaron mucho.Se lo llevaron al pueblo cercano de La Rambla, lo pusieron contra uneucalipto, le pegaron dos tiros y lo enterraron cerca de allí. Mimadre le llevaba cada día la comida a la cárcel, y ese día no loencontró... (La cuestión) no es cómo vivimos esa muerte entonces. Escómo hemos vivido toda la vida por culpa de eso. Nunca hemos tenidoderecho a nada. Quisieron quitarnos hasta nuestra casa, como hicieroncon mi tío. Suerte que la cambiamos de nombre... Veinticinco añosdespués, y aún nadie quería darnos trabajo. Por eso vinimos todos aSabadell. Mi madre se quedó viuda y con cuatro hijos, yo de meses, yse fue a vivir con mi abuelo, que apenas pudo ayudarle, porque losfranquistas le arrebataron todo... Si quiero recuperar los restos demi padre, después de 70 años, no es por revanchismo: es unarestauración imprescindible del honor de mi padre... Somos laanti-patria, y nos lo han hecho sufrir toda la vida... Si te veían por la calle llorando la muerte de tu padre, te pegaban por antipatriota. No nos dejaban ni llorar. Nadie puede imaginarse lo brutal que fueaquella represión. Por ese miedo, ni mi familia ni yo fuimos jamás alcementerio de La Rambla a llorar a nuestro padre... Ni mi madre ni mis tíos hablan nunca de estas cosas. Por eso hoy, arrancada la máscarade la vergüenza, desean llorar a su padre sin culpa» (José Saz Ortega, a través de su hijo José Saz Ortiz, email de 18-9-2008).
Sólo partiendo del relato de las víctimas se puede llegar a la raíz de la catástrofe humanitaria causada por el franquismo, el cual no sepuede estudiar ya sin el contexto de los crímenes de carácteruniversal.