LOS ARCANOS MAYORES DEL TAROT

LOS ARCANOS MAYORES DEL TAROT

$75.685
IVA incluido
Sujeto Disponibilidad de Proveedor
Editorial:
HERDER
Año de edición:
ISBN:
978-84-254-1529-6
Páginas:
712
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
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En estas meditaciones, un pensador cristiano y piadoso de innegableprobidad nos da a conocer los símbolos del hermetismo cristiano en sus distintos planos -mística, gnosis y magia- recurriendo a las ciencias cabalísticas y a ciertos aspectos de la alquimia y la astrología.Dichos símbolos aparecen en los llamados arcanos mayores del antiguojuego de cartas conocido por el nombre de taroco o, más comúnmentehoy, tarot. El autor trata de situarlos en el plano de la sabiduríamás profunda, por lo universal, del misterio católico.Recordemos, en primer lugar, que semejante tentativa no es única en la historia del pensamiento católico, teológico y filosófico, porextraño que les resulte a muchos lectores creyentes actuales. Laantigua sabiduría bíblica y cristiana luchó desde el principio contratodo fatalismo en nombre de la soberanía y libertad de Dios frente atodas las potencias cósmicas, sin negar por ello la existencia decausas segundas de orden terreno utilizadas por la Providencia paradirigir el curso de las cosas. Recordemos en este contexto la doctrina de san Pablo según la cual los elementos del mundo (venerados pormuchos como potencias angélicas), las potestades y dominaciones, lospríncipes de este siglo, son reconocidos en su realidad y eficiencia,pero han de ser también sojuzgados e incorporados al cortejo triunfalde Cristo (Col 2,15). Orígenes, yendo hasta el final de esa línea depensamiento, acometió como cristiano la empresa de esclarecer con larevelación bíblica no sólo la sabiduría filosófica de los paganos,sino también la «sabiduría de los príncipes de este mundo» (1Cor 2,6), por lo cual entendía él «algo así como la filosofía oculta de losegipcios» (aludiendo especialmente a los escritos herméticosatribuidos a Hermes Trismegisto, es decir, el dios egipcio Thot), «laastrología de los caldeos e hindúes, que prometen enseñar la cienciade las cosas supraterrenas», y asimismo «las múltiples doctrinas delos griegos acerca de lo divino».Dentro justamente de esta tradición ininterrumpida que se esfuerza con verdadera escrupulosidad por alcanzar el corazón mismo de lasabiduría cristiana hay que colocar a nuestro autor. Cierto que enocasiones se aparta un poco de esta vía central dando un paso de máshacia la izquierda (por ejemplo, cuando dice que la doctrina de lareencarnación es al menos digna de examen desde la perspectivacristiana) o hacia la derecha (al avecinar demasiado al dogma, demanera un tanto fundamentalista, simples opiniones o prácticasreligiosas, o cuando de pronto se pone a hablar de los consejosevangélicos, la recitación del rosario y cosas parecidas). Con todo,la abundancia casi aplastante de auténticas y fecundas luces queproyecta sobre nosotros bien justifica que un público más numeroso delectores no se vea privado de esta riqueza espiritual. De hecho, sinapenas propaganda, estas cartas de ultratumba han empezado a llegar asus destinatarios, esos amigos desconocidos a quienes vandirigidas.Con la publicación de esta obra, la Editorial Herder espera prestar un servicio positivo a la reflexión teológica de los lectores de hablacastellana, que encontrarán en ella un cierto contrapeso a losestudios teológicos excesivamente abstractos o positivistas, por unaparte, y sobre todo a los malabarismos superficiales de la literaturaesotérica (magia, gnosis, astrología, horóscopos) hoy tan de moda, por la otra. El cristiano adulto debe, como ya recomendaba san Pablo asus discípulos, «examinarlo todo y quedarse con lo bueno» (1Tes 5,21).