Loli Berrueta, una cuarentona que no es ni guapa ni fea, ni alta nibaja, ni gorda ni delgada, que no atrae a las personas de un sexo nide otro, desde hace un par de meses mantiene orgasmos en la intimidad. Tiene claro que no está de acuerdo en cómo se ve, pero sabe cómoquiere ser. Y para ello ha comenzado una lucha desaforada contra lascurvas y se ha inmerso en el mejor tratamiento de belleza paraaceptarse de nuevo. ¿Es una neurótica por su excesiva preocupación amodelar el cuerpo según la imagen propuesta por la sociedad? ¿Existeen ella un claro desacuerdo entre cómo se ve y cómo quiere ser?
Loli va en busca de una vida en la que es preciso conseguir que cadadía valga más que el anterior y donde pueda convivir con un amor queno resulte del todo rutinario. Y en este sentido todo cambia en suvida cuando aquel prodigio de hombre, 35 años, alto, atlético, moreno, le envía su correspondiente reclamo sexual. Entonces, un caos deemociones subyuga toda su mente.