Ninguna parcela de nuestro ordenamiento puede pensarse inmune alimpacto de las normas internacionales, sin duda empujadas por elfenómeno de la mundialización de todos los factores de la vida derelación humana: comprender las instituciones internacionales yconocer cómo éstas acaban permeabilizando las concepciones internas,es una exigencia insoslayable del jurista actual. Quien quiera saberde los antecedentes de muchas de nuestras normas, y posiblemente delfuturo de sus instituciones, debe conocer el Derecho Internacional.Estas páginas, en consecuencia, han de ser entendidas no como elcompendio de unas lecciones necesarias para superar una disciplinatroncal en los estudios jurídicos, sino como un importante peldaño enla adquisición de los saberes que han de conformar a un sólidojurista.