Erwin Schrödinger planteó la famosa paradoja del gato para evidenciarel absurdo de la interpretación
física de la teoría cuántica que defendían contemporáneos como NielsBohr y Werner Heisenberg. El gato de Schrödinger,
atrapado en un limbo a la espera de un observador que le dé la vida ole condene a la muerte, se ha convertido en el
paradigma de todo aquello que hace que la mecánica cuántica seaprofundamente contraria a la intuición. Schrödinger
perdió esa particular batalla, pero su nombre estará por siempreescrito con letras de oro en la historia de la ciencia
gracias a su ecuación de onda, un instrumento fundamental en ladescripción del mundo físico a escala atómica.