No es fácil determinar si una teoría novedosa, quizá revolucionaria,debe admitirse en el seno de la ciencia o considerarse pseudociencia.Criterios que deberían ser puramente objetivos se rigen demasiadasveces por la moral, los prejuicios y el conservadurismo.
Las fronteras de la ciencia describe la delicada tensión «entre elcientífico y el poeta, el filósofo y el artista, el pragmático y elvisionario» que siempre es necesaria para hacer ciencia, en unrecorrido heterogéneo, repleto de ingeniosos apuntes biográficos,históricos y psicológicos.