En un tiempo en el que los valores tradicionales de la culturaoccidental han sido cuestionados hasta la demolición, se hace cada vez más indispensable restablecer una serie de nociones que permitanincluir los problemas axiológicos en el vasto diálogo universal de lacrítica literaria. "Debo dejarle -escribe el autor- a cada lector lapráctica de una ética de la lectura que pueda determinar cuálescriterios deberían contar más, y cuáles de las narraciones del mundodeberían proscribirse o aceptarse en el proyecto, que dura toda lavida, de construir el carácter de un lector ético".