Viena, 1933. Para Hedy Kiesler, joven actriz judía, su belleza ha sido su salvación y su tormento: la protegió de los nazis, pero la condujo a un opresivo matrimonio con el traficante de armas de Hitler yMussolini. Subestimada por todos a su alrededor, escuchó los planessecretos del Tercer Reich cuando acompañaba a su esposo a fiestas ycenas de negocios.Dividida entre el glamour y la culpa por ser una privilegiada, decidió escapar hacia Hollywood con un nuevo nombre: Hedy Lamarr. Pronto seconvirtió en un icono del cine estadounidense. Nadie en torno a sunueva vida sospechaba que poseía información confidencial sobre losnazis ni que ella misma guardaba un secreto aún mayor: que era unacientífica capaz de desarrollar la tecnología necesaria para acabarpronto con la guerra. Siempre y cuando la escucharan.