Lo más característico de G. K. Chesterton es su capacidad de hacernosver de nuevo y con ojos asombrados lo que la costumbre nos habíavuelto invisible. Es una agilidad suya -inesperada- de ponerse yponernos a hacer el pino para descubrir el espectáculo del mundocolgando de los aires. Si pudo revolear la rutina de la vidaordinaria, también la del ordinario pensamiento, donde la rutina esmucho más revoleable. Este ensayo nos lo demuestra sin ambages, almenos a efectos retroactivos. Puede que en el momento en queChesterton escribió estas páginas el divorcio estuviese en el centrodel debate social, hoy es algo completamente asumido incluso porquienes lo rechazan en el plano íntimo de sus creencias personales.Estas páginas vienen, pues, a reponer el divorcio en el centro de lareflexión y de la confrontación, incluso, lo que resultarávivificante. El título no deja lugar a engaños: frente a loestablecido y respetable que hoy es el divorcio, tan legalizado yconsuetudinario, Chesterton se arranca con la etiqueta de Lasuperstición, nada menos. Sugiriendo que, accidentes aparte, elmatrimonio es lo sagrado, lo real, lo claro, lo permanente. E. G-M.