«La importancia de estos siglos de los cuales he escrito no debebuscarse en el orden externo que crearon o que intentaron crear, sinoen el cambio interno que produjeron en el alma del hombre occidental,cambio que nunca podrá destruirse íntegramente, salvo por la totalnegación o destrucción de este mismo hombre. Si hay alguna verdad enLa religión y el origen de la cultura occidental, ésta es que losmomentos de fusión vital entre una religión viva y una cultura vivason los acontecimientos creadores en la historia, en comparación conlos cuales todos los éxitos externos del orden político y económicoson transitorios e insignificantes».