GIL, CARMEN / ODRIOZOLA, ELENA
Un cuento para que los niños aprendan a reconocer los valores y adisfrutar plenamente de la infancia. Porque en una sociedad amenudo amenazada por el consumo, conviene que no olviden laimportancia de las relaciones humanas, del juego tradicional y de laexperimentación como actividades indispensables para conocer el mundoy establecer lazos afectivos.Las ilustraciones de Elena Odriozola, de trazo delicado e intimista,con una paleta de colores suave y contenida, resuelven de maneraeficaz, tanto técnica como conceptualmente, una secuencia desituaciones en las que la sutileza y la finura sobresalen, como rasgosdominantes de esta excelente propuesta plástica
Un cuento para que los niños aprendan a reconocer los valores y adisfrutar plenamente de la infancia. Porque en una sociedad amenudo amenazada por el consumo, conviene que no olviden laimportancia de las relaciones humanas, del juego tradicional y de laexperimentación como actividades indispensables para conocer el mundoy establecer lazos afectivos.Las ilustraciones de Elena Odriozola, de trazo delicado e intimista,con una paleta de colores suave y contenida, resuelven de maneraeficaz, tanto técnica como conceptualmente, una secuencia desituaciones en las que la sutileza y la finura sobresalen, como rasgosdominantes de esta excelente propuesta plástica