LA PEQUEÑA COMUNISTA QUE NO SONREÍA NUNCA

LA PEQUEÑA COMUNISTA QUE NO SONREÍA NUNCA

$36.237
IVA incluido
Sujeto Disponibilidad de Proveedor
Editorial:
(207) ANAGRAMA
Año de edición:
Temática
Contemporanea
ISBN:
978-84-339-7916-2
Páginas:
288
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
Peso:
387
Dimensiones:
220x140
$36.237
IVA incluido
Sujeto Disponibilidad de Proveedor

18 de julio de 1976, Juegos Olímpicos de Montreal. Nadia Comaneci, una jovencísima y desconocida gimnasta de un país remoto, Rumanía,ejecuta su ejercicio en las barras asimétricas. Un ejercicio perfecto. La niña de catorce años deja a todos patidifusos y hace saltar porlos aires el marcador electrónico, que no preveía la posibilidad deque un ser humano alcanzara la perfección. Nadia obtiene el primerdiez en gimnasia de la historia olímpica. A partir de ese momentoepifánico, la historia de la pequeña Nadia es la de una criaturaadorable que conquista el corazón del mundo entero: el «hada deMontreal». Pero también la de una niña que en poco tiempo se hacemujer y es sometida por ello a un juicio implacable: «la magia se haesfumado», sentencia un titular de la época. Y la de una adolescenteque vive bajo el régimen comunista de Ceauș,escu, encumbrada a lacategoría de héroe nacional. Y la de una chica sometida a lavigilancia de la Securitate y al asedio de Nicu, el siniestro hijo del dictador. O la de una mujer que, un mes antes de la revolución quederrocará y ejecutará al Conducator, protagoniza una fuga de películaa través de la frontera con Hungría y llega a los Estados Unidos comorefugiada política para descubrir que el sueño americano no esprecisamente un cuento de hadas.
En todas esas Nadias hurga y rebusca Lola Lafon. Pero no comobiógrafa, sino como novelista. A través de un intercambio fabulado decorreos y conversaciones telefónicas con la propia Nadia Comaneci,teje una especie de documental ficcionado que llena «los silencios dela historia y los de la protagonista». Y así puede hablarnos sobre ladictadura que reina sobre el cuerpo femenino, siempre sometido aexigencias de eterna juventud.
Y sobre la utilización de los mitos populares, en este caso por partede la propaganda del régimen rumano. Y sobre la Rumanía de los añosochenta, la de la carestía y el racionamiento, la de los decretosdemográficos, la del matrimonio Ceauș,escu más recalcitrante, ladel sistema de control y espionaje paranoide de la Securitate.Poniendo voz -aunque sea inventada- al hada que encandiló al mundo en1976, en fin, Lafon reinterpreta su historia personal y la de laGuerra Fría antes de la caída del Muro.
«Mientras cuenta la vida de Nadia Comaneci, Lola Lafon hace desfilarla Rumanía de Ceauș,escu y se pregunta por el papel del cuerpo ypor la posibilidad de la libertad. Apasionante» (N. Kaprièlian, LesInrockuptibles).
«Una acróbata de las letras: sus palabras hacen piruetas, dibujanemociones con delicadeza, describen hazañas deportivas con gracia y se posan, como por arte de magia, justo donde deben. 10 sobre 10» (LeFigaro).
«Lola Lafon, como la gimnasta rumana, ha firmado una hazaña. Mezclando con virtuosismo documentación e imaginación, elabora unareconstrucción conmovedora de la locura Comaneci» (Le NouvelObservateur).
«Lola Lafon compone un relato en carne viva sobre unas cuantas guerras frías: la del Este contra el Oeste, por supuesto, pero también la delos hombres contra las mujeres, la de los espectadores contra lospequeños soldados del deporte espectáculo, etcétera» (Baptiste Liger,L'Express).