En su lecho de muerte, durante su último medio día, el anciano yenfermo Artemio Cruz recuerda: no siempre fue ese triste saco dehuesos y fermentos corporales, alguna vez fue joven, osado, vigoroso.Y tuvo ideales, sueños, fe. Para defender todo eso, incluso combatióen una revolución. Más la rapiña, la codicia y la corrupciónextinguieron su fuego y aniquilaron su esperanza. Tal vez por elloperdió a la única mujer que de verdad lo amó.www.librosaguilar.comLa muerte de Artemio Cruz es una radiografía dela historia de México.