La moneda viva es un texto que resume, quizás como ningún otro, unpensamiento que muchos autores (especialmente Bataille, pero tambiénel propio Foucault, que lo celebra en una carta al autor como el libro más importante de la época) intuyeron y no se atrevieron a formular,pues ponía en solfa la mayoría de las certezas sobre el deseo y elcuerpo que habían alimentado la literatura y la vida durante siglos.Sade fue el primero en advertir la impostura, pero a Sade había quecomprenderlo, había que interpretarlo, había que leerloconcienzudamente y no banalizar su pensamiento, reduciéndolo a unapatología de los instintos como ha venido haciéndose desde sudescubrimiento. Y eso es lo que hizo Klossowski en este lúcido ypenetrante ensayo, como también, en otro sentido, hiciera antes enSade, mi prójimo.Bataille, Lacan, Baudrillard, Foucault, Deleuze, Lyotard, Agamben,todos ellos y muchos otros reconocieron en La moneda viva laexplicitación de lo que constituye nuestra fatalidad de hombre a lolargo de la historia, y que Foucault resume en tres palabras: deseo,valor y simulacro. Porque ´à no hay más que una comunicación universal auténtica: el intercambio de los cuerpos por el lenguaje secreto delos signos corporales.´ Y Maurice Blanchot, de nuevo a propósito deSade: ´Exceso, energía, disolución, estas son las palabras claves denuestra época.ö