Todas las islas guardan un secreto o un tesoro. La Isla sin vozguarda ambas cosas.
Nueva York, enero de 1842: la tenebrosa isla de Blackwell es uno desus secretos mejor guardados. Ubicada en el East River frente aManhattan, es conocida por albergar un temido manicomio, un penal, unasilo y un orfanato, el "basurero humano" de la ciudad más poblada del mundo que en ese momento aún sueña con su estatua y susrascacielos.
Un joven escritor inglés llega a Nueva York: Charles Dickens tienesólo treinta años pero ya se ha convertido en el novelista más célebre de su tiempo. Viaja para encontrarse con sus contemporáneosWashington Irving y Edgar Allan Poe, sin embargo al llegar a su hotelrecibe un misterioso anónimo que le invita a visitar la isla deBlackwell. Allí será recibido por las oscuras autoridades de La Isla y por la enfermera Radcliffe, una joven comprometida y soñadora, queserá su compañera en esta aventura.
Poco a poco se irán desvelando las peligrosas tramas de corrupción ycrueldad de Blackwell y por qué, en una de las primeras fotografías de la época, el escritor aparece rodeado de un variopinto grupo dereclusos, huérfanos y locos que se atrevieron a soñar con la libertad, a pesar de estar confinados frente a la ciudad que se convertiría ensu símbolo. Los protagonistas de una era que finaliza en nuestro siglo y que hoy cobra más actualidad que nunca.
Una apasionante historia de amor y amistad sobre cómo la imaginación y el poder de las historias pueden salvarnos en un mundo que amenazacon romperse.