Quienes cuentan el mundo son los viajeros. Ellos han escrito el mapade las cosmovisiones de todas las épocas, sus relatos han hechoimaginar desiertos, mundos helados, imperios y tierras prometidas. Elviaje es una vida elegida en la que el único modelo a seguir es el del ser humano libre. Se trata de conquistar una mirada propia y derenunciar a los simulacros. Pero eso implica muchas renuncias: sedescarta la posibilidad de un domicilio fijo, de una vida al uso. Yano habrá banderas para envolverse ni identidades únicas a las queaferrarse. Y se aprende muy rápidamente, por una especie de desarraigo crónico, que deja de existir la posibilidad de sentirse en casa en un único lugar. No hay regreso, no hay llegada. Viaja sólo quien sabeirse, como explicó en un verso Pedro Sorela.