Bubal está muy contenta: como ya es casi mayor, su padre le haencargado que cuide de las ovejas mientras él y su hermano estáncazando. Lo malo es que, como los números aún no existen, no haymanera de contar a las ovejas para saber si todas vuelven al redil por la noche. Por suerte, la cabeza de Bubal siempre está llena deideas...
Esta es la historia que les cuenta una profe a sus alumnos paraexplicarles cómo los humanos pudimos inventar los números. ¿Seríacierta? ¿Ocurriría de otro modo? Quién sabe! Lo importante es jugar a pensar por qué las cosas son como son.