Una locura a la manera de Alonso Quijano: atravesar la noche delAtlántico para buscar a una mujer.Pedro Torres Hinojosa, madrileñoafincado en México, vuelve a su ciudad natal después de sesenta añospara reencontrarse con la mujer de sus sueños, de quien el destino loseparó. Como un don Quijote finisecular, sale todas las noches abuscar a su Dulcinea perdida por el barrio de Lavapiés. Estos paseosle permiten conocer las voces y los espíritus de ambos lados delocéano: en las callejas madrileñas, don Pío (Baroja) y Max (Aub),entre otros, lo alientan a seguir.En medio de una deliciosa confusiónde tiempos y lugares, deambula del barrio de Argüelles, la Gran Vía,el Paseo de la Reforma e Insurgentes, a la calle de Alcalá y la ZonaRosa, siempre acompañado por las melodías de Agustín Lara.Su viaje seirá haciendo doble: al oso y al madroño españoles se sumarán el águila y el nopal mexicano, a los paseos por El Retiro, los de Chapultepec,tapas y cafetines y momentos entrañables de los que surgirá lainolvidable Carmen. México y España unidos a través de la música y elamor. El mestizaje de la fantasía en el recuerdo. La nostalgia por loque quizá nunca fue.