RODRIGUEZ GONZALEZ, JULIO / CARRASCO GARCÍA, ANTONIOED. LIT.
En el año 396 a.C. los romanos se veían en la cumbre de su poder. Porfin, tras cientos de años de guerras, batallas, matanzas, incursionesy saqueos, habían tomado a su, hasta entonces, máxima enemiga: laciudad etrusca de Veyes (Veii, las actuales ruinas de Veio). Estoabrían un futuro esperanzador a la expansión imperialista romana,aunque no exento de peligros debidos a variados enemigos: por elnorte, etruscos, umbros, picenos, galos y lígures se interpondrán ensu camino hacia los Alpes, y en su avance hacia las zonas sureñas dela "bota" itálica, sabinos, latinos, hérnicos, auruncos, ecuos,volscos, samnitas, campanos, lucanos, apulios, brutios y griegosdeberán ser vencidos militarmente (algunos de nuevo y, en ocasiones,varias veces) ante su natural negativa a someterse a la metrópolis del Lacio.