Jennifer Crane, aspirante a actriz, lo sabe todo sobre juegos: losjuegos a los que juegan las mujeres para conseguir hombres, los quejuegan las actrices para conseguir un papel, y el viejo juego de latarjeta de crédito (¿cómo, si no, iba a permitirse un par demanolos?). Sin embargo, nunca pensó que se vería involucrada en unjuego a vida o muerte. Incapaz de conseguir un papel en algún musical, Jenn se mete en el papel de guardaespaldas del objetivo de unaasesina de verdad. Su protegido es un agente del FBI, con el que seembarcará en una frenética carrera contra el reloj por Manhattan enbusca del premio definitivo: la supervivencia. Hasta ese momento, loque Jenn entendía por jugar sucio era abrirse paso a codazos en lasrebajas de Manolo Blahnik. Ahora, si quiere seguir viva tendrá queaprender a usar sus sandalias de otras maneras, mucho menoselegantes...