Entre la leyenda negra de una «edad de las tinieblas» y la leyendaáurea de una belle époque medieval, se encuentra la realidad de unmundo de monjes, guerreros, campesinos, artesanos y mercaderessacudidos por la violencia circundante, el ansia de paz, la fe en larevolución y la sed de expansión. Una sociedad atormentada por laobsesión de sobrevivir que logra dominar el espacio y el tiempo,roturar los bosques, agruparse en torno a los poblados, los castillosy las ciudades, e inventar ciertas máquinas, el reloj, la universidady el concepto de nación. Este universo recio e impulsivo es la cuna de Occidente, un mundo de seres «primitivos» que transformaron la tierra manteniendo los ojos fijos en el cielo, introdujeron la razón en ununiverso simbólico, establecieron un equilibrio entre la palabra y laescritura e inventaron el purgatorio situándolo entre el paraíso y elinfierno. Desde Escandinavia al Mediterráneo, desde el mundo celta aleslavo, el sistema feudal coloca en su lugar las estructuras, lasmentalidades, las contradicciones y las inercias que la cristiandadlatina ha legado a la sociedad y la civilización occidentales delmundo actual.Jacques Le Goff es uno de los mayores estudiosos de lahistoria medieval y director de investigaciones de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales. También es autor de Pensar la historia y El orden de la memoria, ambos igualmente publicados por Paidós.