El ejercicio de la caza menor es uno de los mayores placeres ydiversiones de los aficionados, nada les entusiasma tanto, nada leshace olvidar las desazones e incomodidades de la vida doméstica ysocial, y nada fortifica, desarrolla, endurece y da agilidad al cuerpo humano, como el ejercicio de la caza". Al cazador de la portada (quevivió entre 1910 y 2008 y que cazó hasta los noventa) se le podríahaber aplicado lo que dice el libro del siglo XIX que editamos.