«Tá, se dice en uruguayo cuando se trata de afirmar con énfasis y tárespondió Mario Benedetti cuando la decencia preguntó si había quejugarse por los pobres, por los débiles, por los condenados de latierra, por los que no tenían derecho a la alegría, por los quesoñaban con una existencia justa, por la palabra mañana llena desentido.»Esta frase que da comienzo a una de las historias que Luis Sepúlvedanos cuenta en este hermoso y cálido libro resume perfectamente tantoel espíritu que guía la vida del autor chileno-gijonés, como suspalabras. Palabras seguras, potentes pero susurrantes, que siempre nos interrogan sobre el estado del mundo y de las gentes que lohabitamos. Es esa interrogación constante lo que ha consagrado a LuisSepúlveda como uno de los más originales escritores de nuestra lengua. Es a través de estas historias y de sus relatos, cortos pero muyintensos, que llega a emocionarnos hasta dejar huella.En estas veinticinco historias nos trasladamos a diversos escenarios,a distintas situaciones, a países de aquí y de allá, pero las palabras del autor nos remiten siempre a un mismo territorio literario: elterritorio de los derrotados que se niegan a aceptar tal derrota. Unterritorio nada desconocido para los lectores de Luis Sepúlveda que,en este libro, se reencontrarán con algunos de los mejores pasajes detoda su extensa obra literaria.