Importantísima y abundante en la historia de la literatura españoladel presente siglo es la producción creativa y ensayística de losescritores fascistas desde el final de los años veinte hasta lallamada «transición». En efecto, tras su victoria en la guerra civil,todos ellos tuvieron a su disposición, en su papel de intelectualesorgánicos, los distintos periódicos y revistas, las cadenasradiofónicas, las editoriales, privadas o estatales, y aun el terrenoacotado de las cátedras, la Academia y la política directa, lo cualpermitió a muchos de ellos irse adaptando sucesivamente a los diversos cambios operados en el país sin perder nunca los premios o canonjíasque el poder otorga. A pesar de ello, o quizá precisamente por ello,parece haber caído sobre muchos de sus escritos y manifestaciones ?con un extraño consenso de tirios y troyanos? un muro intencionado desilencio. Pero la historia vuelve siempre a pasar factura, valorandolos aciertos, los errores y las responsabilidades de cada uno. Estanueva edición de un libro que provocó y sigue provocando duraspolémicas, presenta un texto corregido, ampliado y actualizado en cada parte, en cada capítulo, en el que el estudio de los autores y deltema se extiende hasta nuestros «democráticos» días.«Eso» que hubodesde 1936 en la zona llamada «nacional» y desde 1939 a 1975 en todaEspaña, ¿era realmente fascismo? La simple pregunta ya es biensignificativa. la respuesta revisionista que prolifera en estosúltimos años es, claro está, que no. Esto es, que franquismo no esfascismo. y que autoritarismo tampoco. Fue otra cosa. sus servidores,tampoco fueron fascistas: ni Ridruejo, ni Tovar, ni Laín, ni Torrente. ni Areilza, ni Fraga, ciertamente, que en 2005 todavía era capaz deafirmar (cierto que en un periódico italiano) que Franco no erafascista ni autoritario.