HIMNO

HIMNO

$27.360
IVA incluido
Sujeto Disponibilidad de Proveedor
Editorial:
(5) MUCHNIK Y EL ALEPH EDITORES S.A.
Año de edición:
Temática
Artes
ISBN:
978-84-15325-49-9
Páginas:
208
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
Dimensiones:
215x143
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El 18 de agosto de 1969, al alba, delante del parterre devastado deWoodstock, Jimi Hendrix rasga el silencio con el sonido salvaje de suguitarra y empieza a interpretar el himno estadounidense. Es un gritodesgarrador. Y este grito -tal es la convicción de Lydie Salvayre-solo podía entonarlo con tal potencia Jimi Hendrix. Porque es negro,de una minoría a la que se manda sin problemas a morir en la guerra de Vietnam. Porque también es cherokee, de una minoría piel roja a laque se le niegan derechos y dignidad. Porque su madre se hundió en elalcohol y fue a la deriva hasta su muerte. Y porque, finalmente, suúnica etiqueta fue la música, de la que fue un explorador demasiadogenial para ser comprendido por muchos de sus contemporáneos.Retomando este momento histórico como una letanía, Lydie Salvayre tira loshilos de la biografía del músico pero afirma también la potenciasuicida de todo creador genial. Ella escribe, con fuerza visionaria,la leyenda dorada de Jimi Hendrix.La única etiqueta de Jimi Hendrixfue la música, de la que fue un explorador demasiado genial para sercomprendido por muchos de sus contemporáneos.El 18 de agosto de 1969,al alba, delante del parterre devastado de Woodstock, Jimi Hendrixrasga el silencio con el sonido salvaje de su guitarra y empieza ainterpretar el himno estadounidense. Es un grito desgarrador. Y estegrito -tal es la convicción de Lydie Salvayre- solo podía entonarlocon tal potencia Jimi Hendrix. Porque es negro, de una minoría a laque se manda sin problemas a morir en la guerra de Vietnam. Porquetambién es cherokee, de una minoría piel roja a la que se le nieganderechos y dignidad. Porque su madre se hundió en el alcohol y fue ala deriva hasta su muerte. Y porque, finalmente, su única etiqueta fue la música, de la que fue un explorador demasiado genial para sercomprendido por muchos de sus contemporáneos.Retomando este momentohistórico como una letanía, Lydie Salvayre tira los hilos de labiografía del músico pero afirma también la potencia suicida de todocreador genial. Ella escribe, con fuerza visionaria, la leyenda dorada de Jimi Hendrix.

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