Sin el mal no hay modernidad. Sin el mal no hay individuo, no haycapital, no hay clientes .Así le espeta el demonio a su hijo ydeclarado enemigo, Faustino Nahuelmara, quien debe arremeter, no sólocontra su padre, sino también contra el mundo en donde la felicidad noaparece entre sus dominios. Esta es una lucha en la que el dioscristiano es un adversario más y