FUSILADOS EN ZARAGOZA, 1936-1939

FUSILADOS EN ZARAGOZA, 1936-1939

TRES AÑOS DE ASISTENCIA ESPIRITUAL A LOS REOS

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Editorial:
(084) MIRA EDITORES,S.A
Año de edición:
Temática
Historia
ISBN:
978-84-8465-483-4
Páginas:
368
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
Dimensiones:
240x170
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Esta publicación es también un deber de justicia con las víctimas queaparecen en ella, muertas por causas puramente políticas, cuyosfamiliares directos viven todavía. Si algo se desprende con absolutaclaridad de la lectura de las memorias es que en aquel tiempo nofueron posibles ni la justicia ni la verdad. Por eso este testimoniorepara, en alguna medida, aquella justicia y verdad irrealizablesentonces por tantos motivos, y que la mayoría, en las dos Españas, nosupo o no pudo ver y entender.

Las circunstancias que acompañaron a la asistencia espiritual del P.Gumersindo son las que aportan un gran interés a este escrito comotestimonio histórico insustituible de una época dramática de lahistoria de España, como es la Guerra Civil de 1936-1939. En lasmemorias se puede apreciar con toda nitidez cómo muchas muertes seprodujeron por acusaciones cuyo móvil era la venganza y el ajuste decuentas típicos de los ambientes cerrados de los pueblos, llegando afusilar a personas que se confesaban de derechas de toda la vida ycatólicas, o por motivos puramente políticos, para eliminar alcontrario, el crimen cometido era ser socialista o republicano. Losjuicios eran sumarísimos, es decir, sin defensa. Cuando al reo se lecomunicaba la sentencia, ya no había posibilidad de recurrirla. Losestudiosos de la institución penitenciaria encontrarán en estaspáginas un material precioso y de primera mano sobre el funcionamiento de las prisiones durante la guerra.

Otro punto de interés de las memorias lo representa la posturapersonal del P. Gumersindo con respecto a la guerra y al apoyo que laIglesia prestaba al nuevo régimen. El P. Gumersindo se nos presentasiempre como el hombre que sufre profundamente por causa del dolorajeno, sobre todo por el mal que le infligían a la Iglesia losclérigos que apoyaban indiscriminadamente el alzamiento militar y elnuevo régimen surgido de él. El P. Gumersindo permaneció fiel a laIglesia, pero podemos decir con seguridad y verdad que participó delas ideas de aquel grupo minoritario de eclesiásticos que defendieronla neutralidad de la Iglesia en el conflicto, la condena de la guerracomo medio para solucionar los problemas, y la reconciliación de lasdos Españas.