FUERA DE LA LEY

FUERA DE LA LEY

ASEDIOS AL FENÓMENO QUINQUI EN LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA

$32.845
IVA incluido
Despacho 15 - 25 días hábiles
Editorial:
EDITORIAL COMARES S.L.
Año de edición:
ISBN:
978-84-9045-303-2
Páginas:
280
Encuadernación:
Rústica
Idioma:
Castellano
Dimensiones:
155x240
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Como cualquier época los años setenta y ochenta en España seencuentran atravesados de múltiples relatos en conflicto que tratan de aprehender lo que fue ese período crucial para la historia de España. Durante mucho tiempo el relato hegemónico de esos años consistía enafirmar que en los años setenta y ochenta los españoles adquirimos lamayoría de edad, dejamos de ser niños tutelados por el dictador másanciano de Europa, ingresamos en la post-modernidad sin pasar por lamodernidad y experimentamos con las drogas y la sexualidad. En el año2002, por ejemplo, el diario español El Mundo publicaba un artículoenfáticamente titulado «¿Por qué los 80 son tan míticos?» En él, RafaCervera escribía que «la llamada movida madrileña»:
se coció al filo de un acontecimiento muy concreto. Franco murió y lagente descubrió su propia libertad. No muy lejos, el punk británicocambió las normas estéticas y estilísticas del pop para siempre y,mientras en España se legalizaba el Partido Comunista, los Sex Pistols cantaban Anarquía en el Reino Unido. Así fue como la semilla para que los 80 fuesen únicos germinó. España se hizo europea, moderna, perdió sus complejos, y tuvo un gobierno de izquierdas entre pelos cardadosy teñidos. Alaska y Almodóvar se convirtieron en los iconos de esanueva cultura definida popularmente como movida. Los 80, al menos ensu primera mitad, fueron una época irrepetible para los que vivimos en este país. Quizá por eso tiende a mitificarse.
En el extremo opuesto de esta narrativa edulcorada, celebratoria ytriunfalista de la Transición, hay otras versiones como la de Santiago Alba Rico y Carlos Fernández Liria que, en la introducción a la nueva edición de su panfleto Dejar de pensar, escriben:
Eran tiempos con una altísima tasa de paro, acrecentada por unasalvaje reconversión industrial que el PSOE gestionó con una chuleríay una bellaquería sin límites. Tiempos también en los que laproducción española comenzaba a ajustarse a las normas europeas, enlos que la sobreproducción agrícola y ganadera se había convertido enun problema que amenazaba a todos los pequeños productores. Mientrastanto, la traición sindical de CCOO y de UGT se consolidaba: la claseobrera española estaba a punto de perder en unas pocas horas denegociación, conquistas que habían costado décadas de esfuerzos y desangre. La amenaza de un golpe de Estado militar todavía estabapresente. Pero aún resultaba más patente el golpe de Estado permanente que la Banca y la CEOE estaban perpetrando constantemente contra lademocracia.
Entre estas dos narrativas, ¿dónde ubicar la cultura quinqui y, sobretodo, su máximo impulsor en las masas, el cine quinqui? En nuestraopinión, el imaginario quinqui no se puede ubicar en ninguna de lasdos narrativas antagónicas referidas arriba. No encajan ni en laestética hipermoderna y de diseño de «La Movida» ni en la narrativacontrahegemónica marxista y obrerista de Alba Rico y Fernández Liria.Como podrá verse en los ensayos que conforman este volumen, lo quinqui ocupa un espacio intersticial entre estas dos narrativas antagónicas: comparte con «La Movida» el culto a las drogas "sobre todo laheroína", la negación punk del futuro y la moralidad burguesas, perose inscribe claramente en el horizonte de las transformacioneseconómicas y el asalto a la clase obrera de los años ochenta quedescriben Alba Rico y Fernández Liria.