Un niño y una niña huyen a universos paralelos donde pueden ser ellosmismos, donde no temen las odiosas comparaciones, donde sus padres nosiempre cuentan lo mismo y además escuchan a sus hijos. Donde no lesda vergüenza ser como son ni decir lo que sienten. Frente a frente,hablándonos, tocándonos, sin distancias, simulacros ni máscaras: asínos invita Jimmy Liao a compartir nuestros momentos de felicidad yangustia cotidianos en el mundo real y tangible, y no en los mundosvirtuales en los que tan a menudo, en estos tiempos de pandemia,buscamos refugio.