El crecimiento económico no está determinado genéticamente y laexperiencia de China reciente así lo confirma. Se ha debatido muchosobre el retraso en la incorporación de España al club de las naciones prósperas, pero a comienzos del siglo pasado y antes de que laspotencias industriales se embarcaran en dos guerras devastadoras,nuestra renta percápita era muy similar a la de Italia