Por qué tenemos siempre tanta prisa cómo se cura esa auténticaenfermedad que es nuestra actitud ante el tiempo Es posible, e incluso deseable, hacer las cosas con más lentitudbrVivimos en la era de lavelocidad. El mundo que nos rodea se mueve con más rapidez de lo quejamás lo había hecho. Nos esforzamos por ser más eficientes, por hacer más cosas por minuto, por hora, cada día. Desde que la revoluciónindustrial hizo avanzar al mundo, el culto a la velocidad nos haempujado hasta el punto de ruptura.brEsta obra rastrea la historia denuestra relación cada vez más dependiente del tiempo, y aborda lasconsecuencias y la dificultad de vivir en esta cultura acelerada quehemos creado.