Hace 30 años, durante su luna de miel en Cape Cod, Jack y Joy Griffintrazaron un plan de futuro que, en gran parte, se ha cumplido. Ahoralos dos están de vuelta en Cape Cod -donde, además, él pasaba losveranos de su niñez- para celebrar el matrimonio de la mejor amiga desu hija Laura. Jack se dedica a dar vueltas en el coche con lascenizas de su padre en el maletero mientras su madre le llama confrecuencia al móvil. El novio de Laura parece prometedor y un añodespués, en la boda de su hija, Jack tiene otra urna de cenizas en elcoche, y Joy y él han ido con nuevas parejas... Russo retrata laambigu?edad de los sentimientos familiares y el difícil camino haciael autoconocimiento. Richard RussoEl verano mágico en Cape Cod