Me llamo Iván, soy un gorila. No es tan sencillo como parece.
Yo era un gorila salvaje que vivía en la selva, y aún conservo esteaspecto.
Tengo la mirada tímida de un gorila, y la sonrisa pícara. Tengo unazona de pelaje que parece cubierta de copos de nieve, el uniforme deun espalda plateada. Cuando el sol me calienta la espalda, proyecta mi sobra, la de un gorila majestuoso.