Han pasado cuarenta y siete años desde que el señor Grönewald viajó aun campo de refugiados en Austria y adoptó a Ervin, un niño húngaro de seis años que hizo realidad su deseo y el de su mujer, Teresa, decrear una familia. Los primeros años de vida de Ervin han sido siempre para él y para sus padres adoptivos un misterio y un tema prohibido.Pero el silencio se ha ido volviendo cada vez más opresivo y hadado paso a una necesidad vital: entender las circunstancias delpasado. Gábor Schein explora con inmensa sensibilidad y gran destrezanarrativa los avatares de la identidad personal y el intrincadolaberinto de los afectos.