SOBOUL / LEMARCHAND / FOGEL / FOGEL, MICHÈLE / LEMARCHAND, GUY / SOBOUL, ALBERT
El siglo XVIII, el Siglo de las Luces: «el gran siglo» según Michelet. Sí, indudablemente, si la grandeza de un siglo se mide por el brillodel pensamiento libre y por la preocupación por el destino terrestrede los hombres. Todavía encerrado en las supervivencias de la épocafeudal, heredero de estructuras aparentemente inmóviles, el siglo,último del Antiguo Régimen, se despega poco a poco del antiguo orden y se abre a un mundo ampliado tanto por el pensamiento crítico y elprogreso científico como por la expansión mercantil y por una economía conquistadora. Implicando tras de sí a un mundo todavía desigualmente conocido, pero al que pliega cada vez más a sus curiosidades eintereses, Europa entra en la modernidad con ritmos desiguales segúnla posición geográfica, el peso de la historia o el nivel económico.Grandes inercias persisten, sin duda, en el orden social, y más aún en el orden de las mentalidades. Pero la sociedad se mueve en su nivelprofundo, los marcos jurídicos se quiebran, las tinieblas retroceden.El orden nuevo está gestándose. Oltimo siglo del Antiguo Régimen, pero también de la «época moderna», ¿acaso no se nos muestra el siglo delas Luces como el primero de la modernidad? ¿Acaso no habría comenzado el siglo XVIII con la polémica entre Antiguos y Modernos? Sumodernidad se define, en efecto, por una revolución del conocimiento,por una mutación intelectual y un nuevo espíritu científico, por lamatematización progresiva de lo real y del saber, de la técnica y, por tanto, de la civilización, y, finalmente, por la creencia razonada en la superioridad del hombre inventor y creador. De ahí, en eltranscurso del siglo, esos múltiples cuadros de los progresos delespíritu humano. Es entonces, hacia mediados de siglo, cuando aparecela palabra civilización, cuando de todo el movimiento científico yfilosófico comienza a desprenderse la gran idea de una cienciaracional y experimental, una en sus métodos y en sus pasos. Lacivilización es aquello hacia lo que tienden los progresos delespíritu humano y la dinámica de la historia: un orden racional queasegure la justicia social y la felicidad. Ese es el mensaje que nosha legado el Siglo de las Luces. Y es de ese siglo XVIII del que somos todavía directos descendientes.